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—Tú me estás enseñando a amar y supongo que yo también te estoy enseñando a hacerlo, a mi manera — dijo y se apartó un poco para mirarla a los ojo—. No somos perfectos, pero eso no tiene por qué impedirnos ser felices, ¿no crees?
—Tú me estás enseñando a amar y supongo que yo también te estoy enseñando a hacerlo, a mi manera — dijo y se apartó un poco para mirarla a los ojo—. No somos perfectos, pero eso no tiene por qué impedirnos ser felices, ¿no crees?
—Tú me estás enseñando a amar y supongo que yo también te estoy enseñando a hacerlo, a mi manera — dijo y se apartó un poco para mirarla a los ojo—. No somos perfectos, pero eso no tiene por qué impedirnos ser felices, ¿no crees?
—Tú me estás enseñando a amar y supongo que yo también te estoy enseñando a hacerlo, a mi manera — dijo y se apartó un poco para mirarla a los ojo—. No somos perfectos, pero eso no tiene por qué impedirnos ser felices, ¿no crees?
—Tú me estás enseñando a amar y supongo que yo también te estoy enseñando a hacerlo, a mi manera — dijo y se apartó un poco para mirarla a los ojo—. No somos perfectos, pero eso no tiene por qué impedirnos ser felices, ¿no crees?
—Tú me estás enseñando a amar y supongo que yo también te estoy enseñando a hacerlo, a mi manera — dijo y se apartó un poco para mirarla a los ojo—. No somos perfectos, pero eso no tiene por qué impedirnos ser felices, ¿no crees?
—Tú me estás enseñando a amar y supongo que yo también te estoy enseñando a hacerlo, a mi manera — dijo y se apartó un poco para mirarla a los ojo—. No somos perfectos, pero eso no tiene por qué impedirnos ser felices, ¿no crees?
—Tú me estás enseñando a amar y supongo que yo también te estoy enseñando a hacerlo, a mi manera — dijo y se apartó un poco para mirarla a los ojo—. No somos perfectos, pero eso no tiene por qué impedirnos ser felices, ¿no crees?
—Tú me estás enseñando a amar y supongo que yo también te estoy enseñando a hacerlo, a mi manera — dijo y se apartó un poco para mirarla a los ojo—. No somos perfectos, pero eso no tiene por qué impedirnos ser felices, ¿no crees?
—Tú me estás enseñando a amar y supongo que yo también te estoy enseñando a hacerlo, a mi manera — dijo y se apartó un poco para mirarla a los ojo—. No somos perfectos, pero eso no tiene por qué impedirnos ser felices, ¿no crees?
—Tú me estás enseñando a amar y supongo que yo también te estoy enseñando a hacerlo, a mi manera — dijo y se apartó un poco para mirarla a los ojo—. No somos perfectos, pero eso no tiene por qué impedirnos ser felices, ¿no crees?
—Tú me estás enseñando a amar y supongo que yo también te estoy enseñando a hacerlo, a mi manera — dijo y se apartó un poco para mirarla a los ojo—. No somos perfectos, pero eso no tiene por qué impedirnos ser felices, ¿no crees?
—Tú me estás enseñando a amar y supongo que yo también te estoy enseñando a hacerlo, a mi manera — dijo y se apartó un poco para mirarla a los ojo—. No somos perfectos, pero eso no tiene por qué impedirnos ser felices, ¿no crees?
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—Tú me estás enseñando a amar y supongo que yo también te estoy enseñando a hacerlo, a mi manera — dijo y se apartó un poco para mirarla a los ojo—. No somos perfectos, pero eso no tiene por qué impedirnos ser felices, ¿no crees?
—Tú me estás enseñando a amar y supongo que yo también te estoy enseñando a hacerlo, a mi manera — dijo y se apartó un poco para mirarla a los ojo—. No somos perfectos, pero eso no tiene por qué impedirnos ser felices, ¿no crees?
—Tú me estás enseñando a amar y supongo que yo también te estoy enseñando a hacerlo, a mi manera — dijo y se apartó un poco para mirarla a los ojo—. No somos perfectos, pero eso no tiene por qué impedirnos ser felices, ¿no crees?
—Tú me estás enseñando a amar y supongo que yo también te estoy enseñando a hacerlo, a mi manera — dijo y se apartó un poco para mirarla a los ojo—. No somos perfectos, pero eso no tiene por qué impedirnos ser felices, ¿no crees?
—Tú me estás enseñando a amar y supongo que yo también te estoy enseñando a hacerlo, a mi manera — dijo y se apartó un poco para mirarla a los ojo—. No somos perfectos, pero eso no tiene por qué impedirnos ser felices, ¿no crees?

published on: 2014-12-16 16:40:04

Just Vibin'

Just Vibin'

Stuck in reverse

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18. Un brindis por la primera vez que me dijo "te quiero".

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55. Un brindis por ese nene que te tiene adicta a sus besos.

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53. Un brindis por esas veces que me querías a ratos.

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50. Un brindis por el día en el que te conocí.

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